domingo, 16 de enero de 2011

7. Un sueño hecho realidad


        Antes de dedicarme a la pintura mi pasión era la música, y lo sigue siendo.
        Me gusta la música clásica, también me gustan varios cantantes. Uno de ellos es Sergio Dalma.
        Tuve la suerte de conocerle personalmente, es muy sencillo y cariñoso. Cada vez que iba a verle, cuando sacaba un nuevo disco y en algunos conciertos, se alegraba de verme. Sigue siendo el mismo.

        Después de asistir a varios conciertos, un día me entró ganas de verle en un concierto más íntimo, quiero decir, verle cantar muy cerquita de mí y con poca gente (hasta este momento sólo había visto cantar desde lejos, al ir en silla de ruedas no podía estar en primera fila) acompañado de un piano y otro instrumento. Este sueño parecía imposible. Pero mira por dónde, un día, escuchando la radio, anunciaron:
        -¿Te imaginas un piano, una guitarra y… Sergio Dalma? Escucha atentamente cómo conseguir las invitaciones. Sólo trescientas personas serán las afortunadas que podrán  entrar esa noche y presenciar el concierto acústico único solo para ti.
        ¡No me lo podía creer! ¡Mi sueño se hacía realidad!
        Seguí escuchando para saber cuándo era, pasaron unos días y no dijeron nada más. Sólo daban cien invitaciones por día (dos por persona) en tres días. Sin saber el horario en que las  repartían, el primer día mi madre se levantó temprano, llegó a la emisora a las nueve de la mañana y a las diez empezaron a repartir las invitaciones. Había cola, pero lo consiguió. Además, tuve la suerte de que esa misma semana, mi padre tenía vacaciones, de lo contrario, mi madre no hubiera podido ir.

        Recuerdo que fue el día 20 de mayo de 1999 cuando se celebró el concierto. El mismo año en que tuve que ponerme la ventilación mecánica para dormir, el mismo año en que conocí al señor Jordi Pujol.
        Fui muy feliz ese día, disfruté a tope. Estaba en primera fila, lo tenía delante, a un metro de distancia. Así que me vio, y se alegró de verme.
        Mientras cantaba me guiñó un ojo. Después bajó y dio besos a las que estábamos en primera fila, cuando llegó a mí, me dio dos besos. Los vigilantes tuvieron que llevárselo al escenario antes de que las chicas de atrás se lo comieran a besos.

        Cuando acabó de cantar pude hablar con Sergio. Me preguntó cómo estaba. Le conté un poco de todo. Después de estar charlando un ratito nos despedimos hasta su próximo concierto.

2 comentarios:

  1. Ana,
    Me acuerdo perfectamente de aquel momento, de como lo viviste y lo feliz que te hizo poder asistir al concierto "íntimo".
    Que suerte tener unos padres tan "enrollados".
    Un beso,
    Tu "senyu" Montse

    ResponderEliminar
  2. Querida Ana,
    Nos ha emocionado mucho leer tu blog. Tu enorme valentía nos anima a encajar con más entereza los momentos difíciles.
    Da recuerdos de nuestra parte a tus padres y a tu hermano, personas excepcionales como tú.
    ¡Recibe de nuestra parte un abrazo muy grande!
    Félix y Neus

    ResponderEliminar

Creative Commons License
Pajaritana by Ana María Arcos is licensed under a Creative Commons Attribution-NonCommercial 3.0 Unported License.